Cuando te vas.

Siempre necesité tiempo para mí pero nunca pensé que te necesitaría cuando lloro.

Todos los días paso por el parque, miro al banco donde estábamos sentados y muero por dentro.

Siempre que te alejabas contaba los pasos que dabas como si fuera el ritmo de mi corazón, ¿acaso no sabías cuanto te necesito?

Cuando te vas, los pedazos de mi alma te echan de menos, como una enfermedad.
Cuando te vas, las lágrimas corren por mi cara.
Cuando te vas, ni mil palabras me tranquilizan tanto como una tuya.

Todo lo que hago me recuerda a ti.

La camiseta que te dejaste sigue estando ahí, colgada en el ropero con el olor de tu piel.
Jamás había sentido esto.

                                                                                                              Te echo de menos.